Gabobar

Horizontes

Instrumentos de viento y percusión
ensamblan una música serena.
El mar canta acariciando la arena.
El mar escucha con suma atención.

 

Soy espectador de un ritmo cansino
que recala en mi alma al morir el día,
mis oídos toman la melodía
que sutil compone el canto marino.

 

Soy artista de emociones internas,
el mar compañero mi confidente,
sin exigencias, espera le cuente
penas precarias, tristezas eternas.

 

El silencio del mar nunca es callado,
saber escucharlo es todo un talento,
deslindando la armonía del viento
se adivina ese encubierto recado.

 

Mas quizás tú recibas un mensaje
que sea el mismo que das al oyente.
No percibías que tú eres la fuente,
y lo asignabas al dócil oleaje.

 

Al empaparse el sol ante tu vista
no le exijas al mar una sentencia,
y si él te oye con suma elocuencia,
tan solo pretende darte una pista.

 

En la orilla tú verás la respuesta,
los veredictos en el horizonte,
allá mismo, do tu mente confronte
notoria la voz, velada la orquesta.

                  ©

(Copyright, Noviembre 2019)