domingo perez

CUANDO LA MUERTE ACARICIÓ MI ALMA

Te perdí en el silencio, olvidando sentimientos, eras para mí un sueño, reina de mis momentos. Guía, luz en la penumbra, desconsuelo al alejarte, faro que ya no alumbra, inalcanzable alcanzarte. Destino, ¡cómo explicarlo! Camino repleto de piedras, cuando estaba a tu lado, besos de algodón y seda. Lágrimas, ¡ya no sirve llorar! Herida, ¡fuiste mi protegida! Corazón, ¿de qué sirvió amar? Tú, ¿por qué rasgaste mi vida? Inerte se quedó mi cuerpo, al ver extinguirse la llama, me dije, pensé, ¡mejor muerto! Y la muerte acarició mi alma.