Wavesdarkness

Huir del frío

Las llanuras se difuminan a través de la niebla en la ventanilla, mientras apoyas la cabeza en el cristal helado, como un filtro que pudiera teñir este final de otoño del color de aquella sensación inenarrable. El cielo es una cartulina gris, y en la radio aquella canción, que siempre suena demasiado triste o demasiado feliz.

Ahora las noches siempre llegan antes, nunca esperan. Como aquel final improvisado, aquella despedida un poco fría, aquella producción que se quedó sin presupuesto demasiado pronto. Todos los días nos despertamos, los desconocidos, en casas de cartón, y vamos a buscar café, intentando huir del frío de noviembre. Y vamos a buscar aquello que nos haga sentir todavía que tenemos algo que merezca la pena encontrar. Todas las noches me pierdo, me busco y te busco deambulando por las luces de neón de aquella calle vacía, como si de alguna manera, no estuviéramos tan solos. Como si fuera a encontrar el hilo rojo por alguna parte.

Como si lo que ya no fue, pudiera esperarnos todavía, y no se muriera ya como este final del día anticipado que lo desvanece todo.

Como aquel silencio.
O aquel abismo cálido en tus ojos
como dos agujeros negros
que ya nunca me mirarán igual
pero nunca
dejan
de mirarme.