Pablo R.

EL TELEFONO

 

 

Habrás de despertar temprano,
muy de madrugada,
cuando el sol
aún no haya pintado su arrebol
en la cumbre de los cerros
y buscarás tu teléfono
sin encontrar nada.

Y saldrás al día
y verás pasar las nubes
que juegan carreras
empujadas por el viento
dejando jirones en el cielo.
Y las verás en lontananza
como se van perdiendo
y buscarás en tu teléfono
sin encontrar nada.

Tomarás el autobús,
ese que te llevará al centro
y mirarás al pasaje sin rostro
y no podrás verlos
mientras ensimismado te diriges
al fondo a buscar asiento.
Recorrerás esas calles,
las mismas desde hace tiempo
mirando pasar los autos
que parecen moverse lento
como se mueven las horas
que te separan de su encuentro.
Y arribarás a destino
y buscarás en tu teléfono
sin encontrar nada.

Así llegará la tarde
y la hora de regreso
presuroso de llegar
sin pérdida de tiempo
haciendo ese recorrido
que conoces al revés,
por debajo y al derecho
y buscarás en tu teléfono
sin encontrar nada.

Es de noche,
se hace tarde
en el vano de la ventana
habrás de contar estrellas
tomando el último café
antes de ir a contar insomnios
y repasar recuerdos.
Y buscarás en tu teléfono
sin encontrar nada,
un mensaje, una llamada;
señal que ya te olvidaron,
más que seguro,
dalo por hecho.


-. PaR
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24112020