Alfredo Saez

-Mi piña Ananá-

 

 

Corazón azucarado de piña ananá

caparazón agreste de punción lacerante

te pareces como Ella a un descendido maná,

salvador ámbar del cielo caído, beatífica amante.

 

Dulces son  tus tropicales encantos frutales

disipas la árida  sed de inconclusos cariños

receptores benditos de esos besos inmortales,

tan excluyentes por mis rebeldes desaliños.

 

En distancia cercana  sufro cuando a otros ríes

rota el alma por heridas  que no se polinizan

ni con los elegantes vuelos de nupciales colibríes,

muy penosas cicatrices que ya no cauterizan.


Aguardaré el profético tiempo de la nueva Era

cuando la flexible revolución de los celestes astros
adelanten el fin de la  zodiacal, demencial espera , 

y abras tu capullo al erótico don de mis camastros.


La piña ananá será má
s fragante y apetecible

-su ruda caparazón vegetal, expulsiva de espinas romas-

y mi eterno amor por ti, exponencial e imprescriptible

desde el común trono floral,  Emperatriz de las Aromas .