Alfredo Saez

-El ruido de la nada-

Por favor no  me perdones

tampoco me castigues.

Hermosa  flor del m\'burucuyá,

 mas útil, té del tilo del Dacá.

Ruta del bitumen que realzo 

me lleva célere a la capital

y mi cansado pie descalzo

al cantarino fresco manantial.

Para qué la escalera de acero 

si con alas de serafines ya vuelo.

El incendio crece con rápido fuego

la lluvia lo apaga fraterno tu cielo.

Mi gimnasia son  letras magras 

almácigo anémico  de las palabras

que  livianas como el volátil helio

no nos salvarán  del ritual del sepelio.

Entonces ¿qué haces? Cállate, espuma,

¡ el rumoroso silencio a nadie abruma!