SOY.-

Precito ...

 

Precito

 

Puro el aire se respira, el pinar susurra viento;

oscuridad y misterio; brillantes ojos que miran,

reconociendo su imperio; alimento buscarán,

escondidos en la flora, esperando su momento.

Va el agresor sigiloso, puede convertirse en presa;

los sentidos bien alerta, su vida de ello depende;

romper el silencio evita o su oportunidad pierde;

continuo avanzar ansioso, fiel a su naturaleza.

La ciudad anocheciendo, en no muy distante lugar;

habitada por el hombre y junto a él enviciada;

todo sonido aturdiendo, mucha basura para hurgar.

Comiendo sin tener hambre, ella, por él provocada;

solo por placer matando, con vida permite jugar;

ya nada le importa un cobre, mentalidad alocada.

¡Su conciencia abandonada!

Mirando siempre los plasmas y en ellos atrapado;

aceptando espurios dogmas; para siempre condenado.

 

                                                             José.-