Sixto Sanchez

EL SENTIDO DE LA VIDA

 

He devorado las palabras, una por una, con la magnífica intención de traducirlas en acciones. Y ya no habrá más camino que no conduzca a mi cuerpo, ni más eternidad que el presente en cada momento.

 

Yo no levanto las manos hacia el cielo para señalar enigmas, bajo la tierra no construyo túneles hacia el infinito, allá los eunucos, los castrados, los impotentes, aquellos que tienen miedo a dar frutos, a ser disueltos por el agua, a consumirse en el fuego del presente; consideran absurdo, tormentoso, sin consuelo, no existir de alguna forma en otra parte.

 

Le temen a la vida, al ídolo más precario e inesperado: La piel ardiendo de deseo.