Cada que ando las arenas de la playa mañanera
A mi lado siguen pasos ligeros haciendome carrera
Un hombre con barba, de espesa largura su melena
Semejante a mi callado amigo, quien conocí en la rivera.
Apuntan dedos tan indagadoras las miradas que nos pasan
Observando de arriba hacia abajo, con inaudibles murmullos nos repasan
Aunque no presenta amenazas la presencia que me acompaña
A pesar de ser juzgados, hasta esta mañana, las gaviotas nos cantan.
Debe provocar cosquillas la arenilla en sus pies despojados
Deben doler los agujeros de sus manos, resemblantes de un luchador soldado
Su cuerpo se sujeta fuerte, sin embargo parece tan delicado
A pesar de desconocerlo, un suplicio, a mi alma ha afectado.
Sin poder sacudir esta congoja, sigo con el caminando, aunque me fatigue
No puedo prevenir el pensar en ilusionismo, cuando de reojo me sonríe
Algo asi como leer mi mente, sabiendo el que aunque no me lo expliquen
Sea posible o no ser tu, mi creador, gracias por este hombre
Que mis pasos en la playa sigue.