Oro y barro

Ave Fenix Pandemonium

 

 

Nuestro lecho, la angustia.

 

La esperanza, nuestro alimento.

 

Revoloteando sobre nosotros mismos,

 

desoyendo el silencio de la ciudad,

 

resucitamos como el Ave Fénix

 

de las cenizas del nido de cardamomo

 

y ofrendamos al altar del Sol

 

el cadáver de nuestro padre.