Freddy Kalvo

¡Veinticinco primaveras!

Veinticinco han pasado

y son tus primaveras

de colores hermosos los minutos

que has reído y llorado

lágrimas pasajeras

pero tu sacrificio ha dado frutos.

 

Hijo, mi hijo del alma

¡Cómo has crecido hidalgo!

Caminas con firmeza hacia la aurora;

con regocijo y calma

cada mañana salgo

musitando alegre… ¡Mi alma te adora!

 

La vida me ha premiado

dando hermoso tesoro

un hijo inteligente y muy sincero

querido y respetado

que vale más que el oro

y el cariño constante es tu vocero.

 

No tuerzas tu camino

frente a las tempestades,

camina erguido y siempre así… ¡Valiente!

construyendo el destino,

defendiendo verdades

y esquivando al sujeto que te miente.