Letras que duelen yo me las guardo,
porque lastiman no las escribo,
pues me recuerdan lo que he llorado
desde el instante en que tú te has ido.
Hoy sólo escribo de esos momentos,
de esos detalles que tanto extraño,
de tu sonrisa, de aquellos besos
con mis mejillas entre tus manos.
Tus travesuras y tus manías,
las dulces luchas sobre la almohada,
de tus rabietas que daban risa,
de tus caricias por las mañanas.
Son incontables las cosas buenas,
no hay razones para mancharlas
con los reproches y las ofensas
o lastimarte con mis palabras.
A tu manera, te has entregado,
y no mereces mis arrebatos,
no puedo herirte, porque te he amado...
aunque la vida nos ha alejado.
Hay 100 poemas en que te extraño
que son testigos que no te olvido.
Estoy sufriendo porque te amo…
¡Cómo quisiera que estés conmigo!