ROYH

TODO ACABADO.

Acabado todo el  acto en el teatro lúgubre de mi cabeza

vacío el cerebro, cavila  sobre nuestra solitaria fiesta

sobre tu risa y canciones, y sobre la copa de vino en tu mesa,

sobre el tinto recuerdo que no se quiere marchar y me aqueja.

 

Pero si ya he llorado le dije a las fieras tristezas  

pero si ya he vuelto lleno de angustia al dejar esta treta

con los otoñales vientos, y  las miserables grietas de mis  maletas

te amado, te he buscado y  te hice un ruego, en medio de una plegaria predilecta.

 

El jardin ha enmudecido con mis lágrimas que le he regado

ya no  me habla porque las flores candentes se apagaron,

dejaron el perfume en el piso, por donde caminaron, nuestros pasos

ese mismo camino donde nuestros cuerpos  una vez se amaron.

 

Hoy en la tarde con el olor al tabaco y café de mi alcoba,

he querido desterrar la tristezas de mi alma, y  apagarlas,

lastrearlas en el océano de mis recuerdos sobre mis viejas cartas

y anclarlas  en el  mar de mis dudas  y ahogarlas.