Lourdes Aguilar

HOMENAJE

En la inmensidad de mi desierto
seca hasta la última gota de iusión
sabía ya lo vanos que son los espejismos
un caballero de triste estampa recaló
huyendo de algún crimen, tan abatido como yo
un viajero más -pensé- que sólo hará pausa

En la melancólica extensión de la desesperanza
salia, como yo a mirar el cielo tan lejano
una plegaria por su amada recitando
y frente a la hoguera habló de su pecado
de la criatura que se hallaba en las alturas
y de los parajes a donde su destierro lo llevara

Por distraerle de la tristeza hablé
contándole cuanto veía en los espejismos
le describí las paredes espinosas de los cactus
de la silente lechuza que los busca por guarida
le inventé una cueva en medio de las dunas
con columnas esculpidas y tesoros

Le vi transfigurar su rostro
aguzar los oídos muy atento
en el polvoso suelo acuclillado
su recio cuerpo irradió ternura
ululando como viento en mis oídos

\"Dime más\"
le hablé del firmamento y de sus astros
de Orión, las Pléyades y de Sirio
le inventé cascadas y bosques de pino
donde los duendes bailan haciendo rondas
donde los animales son felices
y donde al entrar los hombres salen santos

\"Dime más\"
Le hablé del caballo negro que galopa
dejando estelas de tristeza por el mundo
También del blanco que recoge
la confusión y angustia esparcidos por el otro
le inventé un hada pequeñita
perfecta azucena que canta con su lira

\"Dime más\"
le hablé de una peregrina
bella como el follaje de la ceiba
de los espinos que recubren su corteza
le inventé pájaros haciendo ruido en su cabeza
y un columpio donde se mecía solitaria

Y su cuerpo de granito se incendió como las brasas
quiso al influjo de la noche
encontrar a la peregrina solitaria
para subirse también a su columpio
fue acercando su boca para unirla con la mía
y así averiguar de donde salían esas fábulas
sus brazos me rodearon excitados
las arenas se encendieron brillando como el oro
en su pecho escuché bullír la lava
y en el esplendor acrisolado de esas dunas
me fundí desesperada en esa magma

¿cómo pudo ser que sentirme te hiciera adicto
y con tu ser me tuvieras cautiva toda?
¿viste por ventura en mi choza en ruinas el palacio
a donde podías entrar cruzando un foso
repleto de hambrientos cocodrilos
como si fuera yo codiciado numen?
¿cómo pude yo entrar a tu lúgubre morada
restaurar sus techos y paredes agrietadas
y hallar en el sótano la fuente inagotable
del más profundo y misterioso arcano?

Cuántas lunas han pasado desde entonces
que el cielo ya no parece tan lejano
que esa hoguera aún permanece intacta
y en ella quemamos mente y cuerpo
cuánta distancia a veces nos separa
pero no necesitas ya cruzar un foso
te han salido alas y las extiendes venturoso
para comprobar que mis fábulas son reales

Me conmueve tu constancia y tu anhelo
de permanecer en las dunas que yo habito
de rescatar de mi lo que no encuentro
ser el Cid que baja de su montura
para extender a mis pies alfombra roja