Alfredo Saez

-La Decrepitud-

 

Avanza veloz la gradual y anunciada decrepitud

la que jamás acompasa los pasos de un lungo,

mostruario pasivo de la  huidiza  juventud

tal el rústico andar de un cansino pingo matungo.

 

Como  punzantes dolores de ataques molares

cruje penoso el físico de ausentes burletes

recluyendo  bellos paisajes  de trinos solares.

Pobre de aquel pretérito niño, ya sin rubios copetes...

 

Solo  el vascular y lumínico cerebro resiste

cuando el calendario de  agobios lo embiste,

 extrema unción, centelleo final del escribidor.

 

  Perfuman  azahares en el  jardín de las  rimas  floridas 

dulces encantos de goces fragantes, sin salinas heridas.

Feliz el finado con su querido equipaje ¡Derecho de Autor!