Tengo en susurros tu voz adormilada,
y tu primer mirada y las manías,
de cuando despertabas por las mañanas
con tus manos pequeñas junto a las mías.
Y aquellas mañanas cuando contemplaba
la curva en tu espalda mientras tú dormías.
Tramando en silencio… mientras tú soñabas,
en cambiar tus sueños por mis fantasías.
Tengo los recuerdos de otras mañanas
llenas de locuras, de tantas caricias
que te regalaba antes que te fueras
a andar por las calles con una sonrisa.
Las otras tardes que junto a mí tú andabas,
en una maraña de abrazos y risas,
hablando bajito para que no oyeran
los besos traviesos que te prometía.
No olvido las tardes frescas y estrelladas,
brillaban tus ojos cuando me mirabas
después de los besos. Casi sin palabras,
buscabas mis brazos y te acurrucabas.
Aquellas noches en que la madrugada
irremediablemente nos sorprendía,
con los corazones latiendo de prisa,
en una misma almohada compartida.
Recuerdo las noches cuando suspirabas
y te impacientabas, mientras pretendía
contar cuántos besos cabían en tu espalda,
fingir que olvidaba, y los repetía…
Retazos de historias que tengo guardadas.
Para recordarlas las llevo aquí escritas.
Tal vez con el tiempo dude si son ciertas,
o sólo el reflejo de mis fantasías.