Mauro Enrique Lopez Z.

Mi abuela y sus ocurrencias..

Necio yo, le rogaba que me amara
esa bella mujer. Mi abuela me
regañaba, hasta de tonto me trataba.
Yo como la llenaba de abrazos, y como
me reia con ella por sus ocurrencias...
si ella te amara no se hiciera de rogar,
madala para el trabajo y que aprenda
a cosinar, yo creo que hasta
ni una agua ha de saber hervir; busquese
otra mujer sencilla, porque ella ni para
dormir ha de servir. Como me hacía
reir mi abuela; hoy sigo sus consejos porque ni la busco, ni la ruego y vivo feliz.