Eduardo Clavel Rizo

Un hombre sin esperanzas

Un hombre sin esperanzas
se mira al espejo e intuye la desgracia
Comprende las razones y bebe hasta sentirse deshecho
No tener esperanzas puede ser una justificación para todo
Para cocinarse el hígado con alcohol
Para llenar de humo los pulmones
incluso
hasta para encontrarle un rostro humano a la muerte
Un hombre sin esperanzas puede lanzarse al mar
y terminar dentro de una botella
Sentarse en una esquina durante toda su juventud
Dar un golpe de navaja a otro hombre
o simplemente
arrojarse de un edificio en New York
Un hombre sin esperanzas puede ser llamado por su nombre de pila
y no le queda otra que aceptar el fracaso
Hablar de cosas imposibles
De mujeres que no están
Hacer de su corazón un manicomio
y reír y llorar
como todos los hombres
aunque no es igual a todos los hombres
Un hombre sin esperanzas puede encerrarse a escribir
poemas
que a nadie les interesa leer
Ser detenido y condenado a veinte años
o morir en una calle entre perros y fantasmas
de hambre
frío
o tristeza
Porque un hombre sin esperanzas es siempre un disidente
De la alegría
De los sueños
Del amor.