QUINSONNAS

Desenfreno (Soneto Hexadecasílabo)

 

 

 

Ardiendo en nuestra lujuria las pieles, mutuas, nos damos

en una hoguera fogosa que torna en uno a dos seres.

Las bocas íntimas muerden besando a quién deseamos

trayendo imágenes húmedas en hombres como en mujeres.

 

Los tactos vuelan eróticos palpando al néctar que amamos

y unidos gozan la dicha de darle plenos poderes.

Proponen juegos de adultos y dos, sin reglas, jugamos

en ese efímero instante que excita tales placeres.

 

Feroz anhelo primario, carnal, un básico instinto,

desgrana sexo profundo con rienda suelta en nosotros.

Salvaje, un cálido orgasmo...¡Dictando envidias en otros!

 

Voraz fervor desatado de un modo siempre distinto.

Manjar y fruta de vida, maná febril de lo pleno,

te nombro en este poema, pasión, vital desenfreno.