ALVARO J. MARQUEZ

JURAMOS

 

“Juraste que fue mío tu amor un día,/ amor del que ya no me ocupo,/ porque en ese entonces yo no lo sabía/ y creo que ni Dios lo supo”.

 

¿Qué se siente cuando no se cumple lo jurado?

No se trata de simples dedos que se han cruzado,

es algo que va más allá y pesa en la conciencia.

Es en el espacio de las verdades, mentiras decir

y que entendamos cuando no podamos dormir

que ese insomnio no es sólo mera coincidencia.

 

Más grave aún si en nombre de alguien juramos

y ese alguien es algún ser cercano que amamos

y nos atrevemos a mencionarlo así, mintiendo.

Ah ¿y cuando ni siquiera nos tiembla la voz

y hacemos el juramento en el nombre de Dios?

¿Acaso en instancias así, Él está sonriendo?

 

Es cierto, juramos en falso con mucha ligereza

y luego el incumplimiento nos lleva a la tristeza

de haber roto algo sin poder recoger los pedazos.

Que no jure por amor quien decir “te amo” suele,

pues si después no cumple, eso defrauda y duele

tanto como nos duelen las caídas o los fracasos.

 

Convierte tu palabra en una firma, el mejor aval

para que se sepa que tienes honor, así, tal cual…

sin importar nada cuál sea el tema que abarques

y si juras y cumples y vale la palabra que diste,

ojalá sea que te nació y no sólo porque lo leíste

en alguno de los poemas de Álvaro Márquez.

 

Original de Álvaro Márquez

Caracas, Venezuela

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