Matias 01

Humedad

Hemos bebido en el crepúsculo

la tristeza que arrastra la mirada;

Nos sentamos y en el silencio

echó raíz la punta de una lágrima

como clavos de una cruz de amor

para una eternidad.

 

Las cosas que tendré,

al separarse tu cuerpo de la luz eterna, 

será un dolor exacto,

diferente, como si un dios cruel

nos quisiera compartir su soledad,

hundiéndonos en la tierra.

 

¡Yo la recuerdo! Y en mis penas

he recordado sus manos tiernas

apretando el aire con mi rostro

y a su piel

acunando todas las estrellas.

 

Esta noche -cierro los ojos-

el cielo inmenso jadea

y siento que vienes a recoger los cristales

que florecen a la sombra

de todos mis recuerdos.