JAVIER SOLIS

EL ARBOLITO

En un inmenso  erial descampado

solitario como mi pensamiento roto

un arbolito que la suerte había abandonado

creció huérfano de todo cuidado.

 

Nadie sabe si en las tardes lloraba

cuando la cruel soledad lo acosaba

sólo lamiéndose las verdes hojas

fundía su llanto con la lluvia.

 

Flores no tenía

Quizás no sabía qué podría hacer con ellas

de vez en cuando un triste pajarillo

de su soledad se compadecía

 

Un día cruzaba el desolado campo

acompañado de mi eterna soledad

el sol parecía vengarse de mí

a buscar sombra al arbolito recurrí.

 

Al  sentirme cerca el arbolito lloró

sus caídas ramas me abrazaron

y en la húmeda brisa creí escuchar

“amigo no me dejes jamás”

 

Desde entonces cada día

abrazado a su rugoso tronco

compartimos nuestra soledad

y juntos le  hablamos al silencio.

 

Lima, 15 de octubre del 2020

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