Luis Rayo

Celos por ti

 

¡Oh! Amada mia,

que ni el infierno sabe de mi agonía,

que por celos me persigue la ironía,

por esta mente que tristemente

desvaría.

 

En una imaginación borrascosa

atestada de mal oliente iniquidad,

entre nubes de tempestades,

truenos, relámpagos y rayos,

vagan mis desdichados

pensamientos por las cuevas

tenebrosas de la inseguridad.

 

Te confieso mujer que te he fallado,

he pecado como peca el desalmado,

he ensuciado la bella imagen

de lo más preciado,

 y he profanado nuestro idilio

cuando apenas gozábamos

de nuestro amor entre lirios

y fue por esos delirios

locos e insospechados

de una mente enferma

como acabé con

lo más sagrado.

 

Y tú tan santa mi amor,

incapaz de traicionarme,

viviendo en un mundo de pureza

donde las flores son virginales

en tus pensamientos y ramilletes

de pureza en cada pétalo

con fragancia de nobleza.

 

Tu belleza me confundía,

me ofuscaba, me perdía

no quería que se manchara,

no quería que se perdiera,

no deseaba que te vieran.

 

¡Ah! Imaginación traicionera,

espejismos que creas

y que me hacen tanto mal,

locuras que solo en mí

mente son una verdad.

 

¡Oh! Amada mía,

que ni el infierno sabe de mi agonía,

que por celos me persigue la ironía,

por esta mente que tristemente

desvaría.