Ney Bueno D.

Altura

El elevador paró en cada piso desde el 21 mientras bajaba; los otros elevadores tenían un letrero \" fuera de servicio\" . Agustín esperaba, las personas a su alrededor parecían ignorarlo mientras él se tronaba los dedos, había entrado a ese hotel como si hubiera sido un huésped cualquier más; el recepcionista que saludaba a todo cuanto pasaba también lo ignoró.

El elevador nunca tardaba tanto pero al fin llegó a la planta baja. Agustín subió y oprimió el botón  53 . Al contrario de lo que creía el viaje fue tranquilo, nadie subió, nadie llamó al elevador ni si quiera de broma. Ya había planeado todo. Subiría a la azotea del edificio por el elevador en servicio, ya había estado allí muchas veces, recordaba el frescor del aire con olor a marisma en su rostro y la tranquilidad aparente de la ciudad vista desde la altura. Recordó además el vuelo de las gaviotas a lo lejos y los barcos de carga casi impacientes en el puerto.