Me gusta verte...
ahí sentada.
Esbozando una sonrisa
desde el borde de tu alma.
Solo porque tienes en tu mano
ese café a la temperatura exacta.
Me gusta verte...
así mirándote
al espejo, disfrutando de tus curvas,
de tu cuerpo y del exceso de amor
y que se nota en tu piel
cuando la tocas con tus dedos.
Te quiero libre,
tan tuya, tan tú.
Osada, ocurrente y sonrojada.
Escribiendo sobre todo
y de la nada.
Te quiero sonriente, en silencio o enojada.
Que bien te ves cuando tus sentimientos
florecen en tu piel y no escondes nada.
Me gusta verte así…
¡No a aquella mujer abandonada!
La que no se conocía, la que no se amaba...
¡Y al espejo solo con lágrimas se miraba!
Te quiero tuya mujer,
tan tuya que no necesites
aprobación alguna.
Te quiero así amándote,
con cada cicatriz, con cada herida
y que nunca estés perdida.
Me gusta verte recostada,
mirando al cielo
pensando en quimeras,
creando el mundo que quieras
donde solo existe tu odisea.
Me gusta sentirte bonita
con ese brillo tan especial
que tu rostro al mundo
sabe iluminar.
Y es que mujer,
no sabes lo hermosa que te ves
a partir de aquel día
que te empezaste a amar,
desde tu propia piel.
-luna de octubre-