alicia perez hernandez

Dejándonos morir, nos morimos

Dejándonos morir, nos morimos

 

Dejándome morir descubrí

que moriría contigo, conmigo

entre colores de arcoíris  en el cielo,

el cielo que me invita amarte y a ser de ti y para ti, para los dos

tú de mí y yo de ti, para tenernos

entre la gloria y el infierno y el azul del cielo y el bello mar

y en un eclipse lunar amándonos.

Amándonos entre la vida y la muerte,

morirnos y morir los dos para tenernos

toda la vida de amores y con pasiones ardientes

y fuego en la sangre nunca dejar de amarnos.

Tener calor que nos queme el alma a los dos,

en el abrazo piel con piel y no prohibirnos nada

engendrar pasiones entre la piel y el alma,

hacer arder el espíritu y la carne con fuego de pasiones

y arder hasta los huesos y encender con fuego

en un cielo inventado para nosotros.

Ocultándonos del mundo y sus devaneo

Y sentirnos fuera del cuerpo y dentro del alma tenernos

ser tú de mí y yo de ti sin tiempo ni espacio.

Quiero seguir siendo tu arcoíris y vivir nuestro amor

entre nubes de algodón y jurarnos amor eterno... y

jurar que no nos faltará amor, pasión y fuego en la sangre

y viviremos bajo promesas de amor delante de Dios.

Tú de ser mío y yo de ser tuya en un salmo de amor eterno

y ser una poesía que todos quieran leer y disfrutar

y cantar y bendecir la unión de tú alma con la mía,

entre versos, rimas, prosas y frases de amor

amor de los dos del que “sólo por amor se jura”

y se besa y se enciende la piel juntándose con la piel

y el alma con el alma y la pasión con la pasión de los dos.

Seremos cuerpos etéreos en escarceo y desnudos,

alma y cuerpo como luces celestiales guiados por Dios,

entre ángeles y santos y pecadores, 

confesos de este amor tuyo y mío, de los dos,

y dejándonos morir, nos morimos en un ritual de Amor

y deseos de amarnos y morirnos, \'Jurándonos Amor eterno\'

 

\"Y morirme contigo si te matas

y matarme contigo si te mueres,

porque el amor cuando no muere mata,

porque amores que matan nunca mueren.\"

Joaquín Sabina

 

Alicia Pérez Hernández...México

No es la pluma la que escribe, es el alma

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