QUINSONNAS

Gladiador (Soneto)

 

 

 

Tornado en gladiador y en un auriga

se baten y galopan mis deseos

y esclavos en tu circo de apogeos

su impulso, por mis venas, se prodiga.

 

Tu premio de laureles me fustiga

mostrándome imperiales parpadeos,

pupilas de gigantes coliseos

pendientes de un amor que allí las siga.

 

Disuelves mis defensas en tu arena

cayendo en un combate de miradas

sin épicas de fieras ni de luchas.

 

Eterna, tu sonrisa, me encadena

clamando por alzarse, liberadas,

mis ansias de besarte, que son muchas.