Luis de Yeliang

Tú, la indiferencia

Indiferencia te causó y herida

has dejado la pluma apasionada

que plasmó con sangre lo que el alma

sueña ingenua pues se creyó querida

 

Más esto dicta la razón impune

cruel ocaso a mi inspiración imberbe

la agonía azota un corazón que pierde

esa ilusión primera que siempre tuve

 

No quiero desahogar mis más hondas penas

sembradas por el desdén de tus palabras

ese amor ya no lo quiero, me envenena

 

es como morir mientras tú descansas

complacida en los brazos de quién veneras

y orgullosa de saber que me despedazas