Era un tarde lluviosa
Y mis pasos tocaron la misma acera,
En un viaje que no tenía sentido,
Sabía que ya no vivías ahí,
Que respirabas el aire de otros lares.
Pero algo extraño me impulsaba
A recorrer los caminos que años atrás
Recorrimos juntos, aquel parque,
El cómodo hotel y el restaurante
Dónde cenamos construyendo castillos en el aire.
Todo estaba igual, se detuvo el tiempo,
Y de pronto ahí estabas tú,
Nos miramos a la vez, y todo se hizo estático
No nos movíamos, se pausó hasta la respiración,
Y a una voz dijimos: hola, cómo estás?
Obvio, estábamos más viejos,
Pero dentro, el palpitar era adolescente,
Lucíamos nerviosos, se negaban las palabras.
Al fin, consentimos en platicar en el mismo parque
Pero con veinte años más.
Abundaron los “si hubiéramos”
Y aunque coincidimos en la infelicidad,
Teníamos una vida hecha, no había marcha atrás.
El amor verdadero no llegó en otros brazos,
Se nos negó como castigo de la indecisión,
Ella, con una hija de un padre ausente
Y yo con una relación intransigente.
El tiempo pasó, una vida prácticamente,
Y una tarde para abrir heridas
Que creíamos sanadas, un beso en la mejilla
Y un adiós sellado con lágrimas contenidas
Que se hicieron ríos cuando nos dimos la espalda.
( VOZ DE TRUENO )