Consuelo Soto

Ecos

Mírame desde tu iris blanco

                     negro,

                             gris

y desde tu yo, créame, destrúyeme,

vuelve cenizas, recoge y reconstruye

los muros de mi obsoleta apariencia.

1 ó 2, 2 ó 3, 3 ó 4

¿Importa siquiera el número?

es el estado y la (in)conciencia de

esto                de aquello, de lo que fue,

de lo que no será y de lo que 

se levantó desde grietas acuosas, 

desde el espíritu impertérrito, desde el pozo

insatisfactorio

desde lenguas muertas y putrefactos

restos de humanidad sellada

deconstruída y moldeada por

semblantes rígidos de épocas remotas

que sí perduraron.

Pero que también

                         morirán.

Certeza de que hoy ganas,

               pero este juego ya estaba

creado como tu victoria,

como todas tus victorias.

Antes de nuestras modernas 

existencias

Antes y después

Inicio y fin

Devuélvete y llama a cada cosa por su

nombre

Que esa labor tocó a tu lecho

Si no la aceptas

                       esta letra será borrada.

Y tú con ella,

Y tú por siempre,

Y tú por los siglos

Como alguna deidad caida

Como el eco de un suspiro que no fue

emitido

Que no tuvo dictamen de existencia

Solo espóras volátiles de árboles

intangibles

Levántate Lázaro

                         y camina!

Camina por la tierra fértil,

Por la estepa

Por la arena

Por las rocas

Por la huella de pisadas que ya diste

 

Solo por contemplar el rostro de un

dios asesinado

                    por tu mano

          por la mía

                    la nuestra

La otra

La eterna

La efímera

La justa

La mortuoria.

 

Pero recuerda

En su/tú/nuestra inscripción dice

                                               aún hay más.