VIDA CUMPLIDA.
De su párpado cansado
pende su última mirada
aunque su vida agotada
se resiste a ser pasado.
Es como débil hojita
luchando contra el viento,
un pétalo sin aliento
de una rosa marchita.
Las sendas de su vida
son bondad de sus manos
el alma de sus hermanos,
de amor dejó vestida.
Nada más por hacer,
ya todo está cumplido,
sin reclamo, sin quejido,
en su último atardecer.
Ya silentes sus violines,
desde el cielo en sinfonías
su nombre en melodías,
cantan excelsos clarines.
El arcoiris será su camino,
hasta la mansión celestial
y en puertas de cristal,
su nombre en oro y platino.
Mariano Retamal Jara
Poeta al atardecer
Septiembre de 2020.