Marta Victoria Castro

H E R I D A

Puñal de plata rozó mi mejilla.

En su hoja brillante

una palabra estaba escrita:

INDIFERENCIA.

Profundo dolor causó tu esquiva mirada.

Los ojos verdes en agua cuajados,

se abrieron más.

Cuando diste vuelta la cara

me fui arrastrando la pena, ciega,

sin saber dónde, enajenada.

Huérfana de risas.

En mi interior impotencia, rabia,rencor.

Perdí la huella sumergida en la furia.

Camino que se trocó brumoso, negro,

por capricho del destino.

¡Desatinado momento!

Volátil fue el sueño...

La risa de prisa se marchito.

Te mordiste los labios

mientras en mi, la furia asomaba.

No entendiste mis palabras.

Las tuyas a mi no llegaban.

Sordos oídos.

Fue una lucha de poder

donde la sangre se enardeció.

Tristeza queda cuando se quema un querer

sin entender el porqué.

 

Marta Victoria Castro

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