Lidia

EL FRUTO DE LA AMISTAD

Desde que somos niños, aprendemos por instinto

acercarnos a otro ser y aprendemos aceptar,

sus afectos que nos brindan y juntos cultivamos

una hermosa flor, con el nombre de amistad.

Pero en el raudo devenir del tiempo

muchos suelen apartarse y no regresan más

porque sus raices, no fueron profundas

y los vientos de la vida, los llevó a otro lugar.

Pero los que contigo se quedan,

aunque estén en la distancia

en todos los momentos contigo siempre están,

sin importarles, si llegan vendavales

porque te agarran de la mano

para que con su ayuda, puedas soportar.

Es que cuando los amigos son fieles,

son la tierra fértil donde se puede sembrar

porque plantan en sus almas

la semilla virtuosa de la sinceridad,

que juntos con amor, recogen la cosecha

y el nombre de ese fruto, lo llaman lealtad.