Izandro

Las Flores De Tu Huerto

 

Una noche de pronto deje verte, y se me perdió el brillo de tu sonrisa con cada alba, me pregunto si tú me piensas, como lo hago yo en el rezo de cada mañana, me pregunto si un día despertaré contigo al lado, y con el tibio aroma de tus cabellos, que siempre me acompañaba, me pregunto tantas cosas, pero no hallo la forma de volver a tus brazos.

Una tarde mientras andaba, por el huerto donde sembraras ayer tus rosas, halle una con un tallo sin espinas, y en su flor llevaba el color de tus ojos negros, y sólo comprendí, que ella también estaba de luto, me pregunto si tu partida, también le duele a tu huerto, y si tus flores ya sean rosas, amapolas o gardenias, me ven andar ahora a solas, y me pregunto si acaso, mis lágrimas son el rocío sobre sus pétalos, y las observo e imagino que en ellas reposan tus ojos, y les sonrío, con un amor muy triste al no tenerte a mi lado, y les converso, de aquellas cosas que he vivido en el día, te quiero hablar de tantas cosas.

Una mañana no quise despertar, y sólo añoré, el aliento dulce de tus buenos días, e imaginé que la marca sobre tu almohada en la cama, se había tatuado como tú recuerdo lo está aquí en mi Alma, e imaginé que acariciaba tu hermoso rostro, y que descubría tu tierna mirada entre la bruma de tus cabellos, e inhalé tanto aire como pude, para respirar un poco por ti… y darte un poco de mi vida…

Una mañana desperté, con los ojos cerrados y el Alma de mi ser abrazado a tu lado, una mañana pensé que me había quedado dormido en el medio de mis sueños, y cuando abrí los ojos note que ya era tarde, que el crepúsculo me había alcanzado y que el manto de la noche me tomaba consigo, y me sentí muy triste… era otro día más sin verte, pero…

Esa mañana no había despertado, seguí pensándote como cada noche y día de mis rezos para estar contigo… he vuelto a casa, has vuelto a ella –pensé- al lugar donde acariciaba tus cabellos y sentía el aroma de tu aliento, y de pronto comprendí… que el Amor existe… y puede ser eterno, como lo eres tú conmigo…

Una mañana desperté en medio de tu abrazo y de tus besos, y tus sonrisas eran el sol de cada alba, y mis lágrimas… el rocío de las flores en tu huerto, que dejaste sembradas en mi Alma… una mañana desperté, a tu lado… y para siempre.