Rosita de Mendoza

Ser feliz...

En este mundo cruel y nihilista

atrapado en el laberinto del poder

sin inocencias, sin confianza y sin dios

sin poetas enamorados,

sin héroes de causas perdidas,

de sálvese quién pueda,

de bellezas seriadas y lisas

de niños con hambre

de juventud intóxicada

apareces tú, y te miro

Y me cuentas historias de ostras

que se hieren para regalar perlas 

y escucho tus rezos repetidos

y te veo mirar el cielo

buscando una estrella que ya se extinguió

y me consuelas diciendo que allí está mi amor

y te inventas que es mi guía,

y quieres que crea que la muerte no existe

y me regalas un propósito para vivir

...

y te creo

...

y creo (aunque sea temporal)

que se puede ser feliz.