QUINSONNAS

Viuda (Soneto)

 

 

 

Perdóname, Dios Santo, los motivos

que admiran a una dama con crespones;

mezquinas e inmorales sinrazones

colmadas de egoístas objetivos.

 

Amando a una mujer sin paliativos

la joven se casó por tradiciones

y al poco de enviudar, mis tentaciones,

fluyeron nuevamente sin estribos.

 

Un pésame embustero apenas dije

ansiando en mi interior hacerla mía

testigo su marido ya difunto.

 

Y es esto, Santo Dios, lo que me aflige

pues viéndola de luto, yo querría,

ahora consolarla en contrapunto.