Joel Torres

PASADO E INFIERNO

Había en ella silencios eternos,
una aflicción casi perturbante;
por instante invulnerable
y tormentada de infiernos.


Había en ella desamores,
una desgarradora congoja,
monstruos de inconciencia
y un infinito de condenaciones.


Había en ella momentos sollozantes,
instantes de miradas frías,
un rostro agreste, sin gesto
e incontrolables lágrimas ausentes.


Había en su cuerpo de niña
los gritos agónicos, los dolores,
tatuados los momentos de desgracia,
la inmundicia ajena, las violaciones.

 

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