Nuestras bocas unidas por un beso
se devoran sedientas de pasión,
nuestros cuerpos temblando de emoción
se enlazan dándose el amor confeso...
Con sus caricias se enciende mi piel,
su boca despierta a mis margaritas
haciéndolas sobresalir erectas
invitándolo a beber de su miel...
Mi vientre se agita muy suavemente
cuando su boca se acerca a mi ombligo,
secreto dulce con sabor a higo,
provocándolo a bajar lentamente.
Siento su aliento en mi gruta anhelante,
su lengua dándome un beso abrasivo
despierta mi botón más sensitivo,
despertando mis ansias por mi amante.
A las puertas de la muerte me veo
mientras caigo por un hoyo profundo
y con manantiales claros lo inundo
cuando revivo en un suave aleteo.
Anna Gutiérrez.