Que oscuridad tan extraña
que me permite ver todo alrededor
y el frío que la acompaña
me quema el alma sin compasión.
La luz de tus ojos se ha extinguido
el calor de tu mirada se congeló
la rosa que me diste está marchita
tu presencia de mi vida se esfumó.
Mis manos abiertas ya no sienten
de tu piel la suavidad y el calor
y se cierran con arrebato doliente
con la esperanza de retener una ilusión.
Ya no estás a mi lado
mi vida sin sentido se quedó
poco a poco los recuerdos desaparecen
mi existencia, como sables endiablados
sin compasión.