jamunoz

UNA FLOR

 

Cunde mi alma en alegría al recordar tu anhelado nacimiento,

Pueden transcurrir milenios y es imposible olvidar aquel momento,

Salía a la luz lo más bello de mi vida así fuese un tormento,

en tu concepción dedicamos todo nuestro talento,

 y estaba seguro que mis genes serían tu centro.

 

Fuiste concebida y en todo momento la más deseada,

eso fue un ciclón intenso, aquella madre ya está mareada,

con anhelo inmenso dos seres mortales te sentían homenajeada,

a ti daré algún día mi última y fraternal mirada,

porque eres el ser que cubrió de gozo mi sombra pesada.

 

En toda la vida de un hombre no hay dicha más inmensa,

 cuando llega el primer hijo sientes la recompensa,

Dios ha llegado a tu existencia y todo comienza,

la energía brota en tu interior, tu aliento se condensa,

por ello el cerebro pierde su rumbo y muy poco piensa.

 

Nada material de tu hermosa vida yo espero,

Sólo por verte feliz te daría el universo entero,

un padre auténtico con sus amores muy sincero,

aunque sea excomulgado sin piedad por todo el clero,

no importa si al final ocupa la columna sin valor del cero.

 

                                      Jaime Muñoz, 20 de mayo de 2019