claudia figueroa

GAYA

En medio de la noche oscura,

La poesía vuelve a surgir,

La fría oscuridad que cubra,

El mundo que se va a dormir.

 

Aun sin la luz de la luna,

Su reflejo está presente,

Haciendo de la tierra una cuna,

Para el niño durmiente.

 

El fuego del alba aparece,

Bajo el manto estelar,

Las aguas bajan al cauce,

Por la azul inmensidad.

 

Gaya baja a la tierra,

Visita los bosques y prados,

El sueño que renace la primavera,

De aquellos hilos bordados.

 

Teje en las almas una sonrisa,

Un suspiro que ha sido ahogado

El suave susurro de la brisa,

Que en silencio ha quedado.

 

Invita a sus hijos a presenciar,

El renacer de la naturaleza,

Florece en su lugar,

Dando paso a tanta belleza.

 

Atienden a su llamado,

Escuchan atentos a su voz,

Gaya a tierra ha bajado,

Dando paz a su corazón.

 

Cielo y tierra vuelven a observar,

El cortejo del sol y la luna,

Todo vuelve a brotar,

Cual arrullo de cuna.

 

Todos los seres voltean la mirada,

Hasta el brillo del padre Solar,

Gaya vuelve a casa encantada,

Después de su danza y despertar.