Jota Terre

Amor Evolutivo

Cuando el amor se volvió una de las mejores marcas comerciales y las expresiones de vida de nuestro amor se deben comprar y vender, entonces solo nos queda acudir a reinventarlo... de allí la necesidad de llamarlo "evolutivo"... o mejor: al que debemos evolucionar, al que evolucionaremos cuando lo necesitemos, al que necesitamos acceder desde ya!!!


El amor evolutivo se logra cuando no solamente...

protegemos al desvalido y le enseñamos cómo hacerlo;

o respondemos por los ancianos y los terminamos de criar;

o socorremos a los enfermos y agonizamos más que ellos;

o cuidamos a los infantes, creciendo más con ellos;

o aliviamos -en lo posible- las heridas que el medio genera en cuerpos y psiquis de los amigos;

o compramos regalos y regalamos besos, abrazos y hasta orgasmos para los seres amados… 


Además de todo esto, el amor evolutivo exalta la grandeza humana, neutraliza los extremos de la inteligencia, y sobre todo se vive por igual ante cualquier ser vivo, propio o ajeno, sin exclusiones, privilegios, mentiras, ni engaños, ese es el amor evolutivo…

 

No es vertical, sino horizontal;

no se da ni se recibe, sino que se vive;

es natural, sin ataduras morales o socioculturales;

no encandelilla ni se deja deslumbrar;

mira hacia dentro pero desde fuera;

no contempla al otro como enemigo por no ser como yo soy o como quisiera que fuera;

se transforma para progresar, sobre todo progresa y evoluciona;

no se estanca a medio camino y no le duele volverlo a empezar.

 

El amor evolutivo no se acostumbra a algo físico ni a algo permanentemente estable, debe alimentarse desde la inteligencia tal como éste la alimenta a ella. No surge por-que-sí de un deseo personal o de necesidades físicas, aunque éstas lo alimentan. No nace de otro ser ni es personalizado en un único ser, ni inspirado por un tercero; menos es inmediatista, cortoplacista o presuroso de resultados, no necesita pruebas ni retos que lo validen; tampoco se limita a la pasión aunque la incluye, tal como incluye ternura, protección, solidaridad, amistad, entrega irrestricta… No somete ni se deja someter, no se esconde ni huye pero tampoco persigue ni acosa, por el contrario, asume sus decisiones con entereza, con altivez y orgullo, con el rostro alegre y limpio de decisiones inteligentes y de actos de amor; no le teme a su muerte, y por ello puede –y le gusta– reconocer sus errores pasados tanto como disfruta del presente o como programa su propio futuro.

 

Que cuando el contrato expire seas capaz de reconocer que el amor no se relaciona directamente con tus sentimientos... y que por contra solo era la forma de  ayudar a mejorar los del otro.