Ivón Arce García

EPITAFIO

No sabes cómo siento que tu goce se haya secado

como las hojas de otoño que solo crujen al pasar

un día fuiste el fruto fresco que toco mis labios

y ahora... te escondes, arremolinado para no mirar.

 

No quisiera mirar atrás, pero es imposible

cada día, cada hora, cada segundo saboreando

las caricias ansiosas, para extasiar mi piel febril

ansiosas de gozar y extraer hasta el último aliento.

 

Quisiera olvidar, lo que nunca he vivido

pero han quedado marcas que muerden el tiempo

desfallecen pálidas ante una nueva aventura

que es rechazada por la nostalgia de tu recuerdo

 

Porque nadie, podrá depositar tu beso en mis labios

porque nadie podrá manchar tus frías memorias

hubiera querido arrancarte la piel en mis noches

hubiera querido morderte la vida y dejarte una historia.

 

Hubiera querido que gritaras con ansias mentirosas

hubiera querido consolar tus gritos ciegos

hubiera querido lavar tus pies el último día

hubiera querido, bajarte la luna por última vez

 

Hubiera querido que no te secaras en vida

hubiera querido sentir tan sólo una caricia

que me pudiera traer, bajo mi lánguida piel

imaginé muchos besos fogosos que nunca probé.

 

No sabes cómo siento que no hayas amado

que intentaste poco, en tu mundo ciego

en la cólera que se envolvieron tus brazos

ahora no estás, y siento tu aliento tan cerca.

 

No sabes cómo siento dolor y lágrimas

dolor que no demuestro, lágrimas que ya no verás

me mordía los labios de pasión perdida

mi cuerpo pedía lo que nunca me darás.

 

Fueron tantos años, no obtuve ni un beso

dacias palabras hermosas sólo a la distancia

mientras frente a frente, sólo lacerabas

no sabes lo que siento, ahora que no estas.

 

No te preocupes amor, que no fuiste mío

en una loza fría escribiré un epitafio

“Aquí yace un hombre que se llevó los besos

que nunca en vida aprendió a brindar”

 

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