Pity21

El Viento

 

El viento indomable a su antojo esparce, 

con intensidad variable sonidos y silencios,

entre ríos, montañas, campos y ciudades,

sobre islas y mares, también en desiertos.

Incansable aliento susurro del tiempo 

a veces se calma, 

se retira, tal vez descansa…

pero otras tantas, no se porque enojo 

vendavales de furia desata su danza.

 

En otoño a su paso con ráfagas claras,

los árboles quejosos acusan su arribo,

con ramas raleadas, casi desvestidos,

dispersas las hojas que ya se han caído

a merced de los juegos de algún remolino 

dibujan en plazas, veredas y sendas

tapices de colores... 

ocre, rojo, marrón y amarillo

 

 Árboles sin hojas vestidos de invierno 

parecen espectros con ramas muy pobres  

se los ve tristes, con nidos vacíos

a causa del frío que crudo se esparce

 transformando en hielo gotas de rocío

hasta que el sol, en esforzado intento,

derrita la escarcha y que la seque el viento.



Transformado en brisa, al llegar la primavera

le pide a las ramas que sus hojas crezcan

que pimpollos broten y luego florezcan 

se amarren fuerte por si en una de esas

deja de ser brisa y sopla con fuerza.

Los árboles gozosos se visten de verde

las flores ofrecen color y fragancia

para que el viento...

la cargue, la lleve... y después la reparta.

 

Cuando llega el verano son cálidos vientos 

acompaña las olas empuja la arena

se carga el salitre, lo guarda en la playa

para llevar a las casas después cuando vaya.

A veces se divierte volando sombreros

alguna sombrilla, tal vez una silla... 

pero es solo un juego, mientras tanto espera

a que el sol se esconda, porque el mar le presta

el lejano horizonte para hacer su puesta.