Edel Vicente González Pérez

Resurrección



Llega el amor insondable,

predominante y fecundo

que incrementa y enriquece

mi pobre y estéril mundo.

 

El redoble que ensordece,

como un clamor de campanas

y resucita el destello

de las pasiones tempranas.

 

Viene atrayente la diosa,

declama coplas de ensueños,

se adueña de mis sagrarios,

criba mi arena y mis sueños.

 

Se deja ver de mañana,

serena y frágil la rosa,

y entorna todos sus pétalos

dulce, ingenua y temblorosa.

 

Sutil se adentra en el alma,

ágil boga en mis arterias,

y desvasta en recorrido

murallas y periferias.