Fátima Aranda

Levantera

Cuando logramos la mar en calma

nos saltó el levante y

otra vez se nos amontonó

la arena tostada en remolinos. 

Construirse los castillos en el aire 

es lo que tiene,

que se esparcen volando en cuanto sopla

la más exigua ventolera,

y los mechones del pelo se te enredan

de bruma.

Luz De Gas