Rafael Escobar

\"RESPLANDORES DE ILUSIÓN\"

 

Me pregunto si habrán corazones

que jamás han bebido la savia

del hechizo perpetuo que ofrecen

las quimeras de pieles lozanas.

Los que nunca han soñado los besos

de los labios de grácil zagala

han perdido el Edén luminoso

de vivir la ilusión que arrebata.

Es por eso que siempre le canto

a los sueños que tienen fragancia

de pasiones tejidas con fuego

y que dulces delirios nos causan.

 

La ilusión es magnífica fuente

que al poeta lo nutre de magia,

y posee los vinos de Baco

que de anhelos supremos embriagan.

Es quizás el mas bello regalo

que nos brinda la vida de dádiva,

que conserva esplendor epicúreo

que nos quita el hastío que mata

y perfuma las noches bohemias

con esencias de flores extrañas

que nos llenan la vida de gloria

con ardor de pasión soberana.

 

Se desplaza y despliega su vuelo

transformada en fulgente cascada,

y sus gotas de luz transparente

un fulgor de luceros desgajan

con un tono de azul tan profundo

que parecen helénicas tiaras

que utilizan los dioses olímpicos

en sus noches de fiestas paganas

adornadas de estrellas preciosas

que promesas de amores regalan

inundando el entorno de encanto

con eterno matiz de esmeraldas.

 

Nos enseña la pista que lleva

al mechero que guarda la flama

del amor que produce desvelo

y despierta las tórridas ansias

de sentir un aliento exquisito

en las horas benditas del alba

palpitando con tenues suspiros

que parecen las notas del arpa

que tañían las ninfas de Grecia

esparciendo las regias tonadas

que volando serenas al viento

a la pluma del bardo llegaban.

 

La ilusión aparece rielando

esperando encontrar la morada

que le brinde el refugio que esperan

sus alitas quizás ya cansadas.

Su celaje apacible reposa

abrigando la verde esperanza

de tener las excelsas caricias

que iluminan radiante la estancia

y que llevan la blanca diadema

del idilio con auras sagradas

que convierten en cielo estrellado

los recodos ardientes del alma.

 

Autor: Aníbal Rodríguez.