Luis Alberto R

Una niña en el verano del 94

Se esfumaron sus amigos y esos mundos que reían y estaban tan cerca, en las piedras, las ramas o el río. Los colores se han escurrido por entre el suelo y sólo quedó el rojo que no logró devolver en esos cuerpos, por correr atendiendo los ruegos de sus padres. Y corrió, corrió, corrió, adelante de su hermano grande hasta que atravesaron la frontera sembrada de tristeza y miedo. Sabe del odio y su crueldad. Los ha visto mientras retienen a la muerte buscando gritos y dolor intenso. Ella, por niña, es preferida para el sacrificio.

Ahora, se siente totalmente sola, diminuta, en un mundo cuya gente, indiferente, permite la tortura o la ejecuta. Su hermano no vuelve desde anoche y nadie, nada, hambre, frío, sed, terror en la mirada grande que pregunta cuál fue su pecado para nacer y saberse en el infierno. Y ya piensa en dejar de vivir en el castigo, huyendo de prisa hacia su muerte rápida aceptándola con incertidumbre de justicia. Bastaron ocho años. Cree que es más que suficiente…

#LuisAlbertoR

Fotografía de David Turnley a una niña en la frontera de Zaire.

El genocidio de Ruanda se efectuó por la etnia y el gobierno Hutu sobre la etnia Tutsi (etnias creadas artificial y perversamente por los belgas), luego que la guerrilla hutu derribara el avión presidencial Tutsi. Sucedió del 7 de abril al 15 de julio de 1994. Murieron cerca de un millón de personas casi todas torturadas. Cientos de miles de violaciones a mujeres y niñas.
En el mundo y sus organizaciones la respuesta fue poco menos que nada. TODAS las religiones tuvieron parte activa en la masacre con algunos de sus representantes y respuestas tardías. Sólo disculpas pasado un tiempo. Y hubo mártires y sobrevivientes.
Ahhh… Si… coincidió con el campeonato mundial de fútbol de USA 94. Tal vez eso escondió algo tan feo.