Yamel Murillo

La desavenencia duerme a la izquierda

Me voy olvidando de la luz de su boca, aun y abracemos el mismo paralelo.


Miro los planetas buscando sus ojos mientras para no perderme voy asida de sus dedos.
Está en la habitación. Su presencia asciende hasta el helio de la lámpara justo cuando su cuerpo permanece nitrógeno sobre la cama.
Su espalda roza la única certeza de sí en mi recuerdo inmediato.


No se llora ante las paredes...
Toca beber sin sed y rasgar las vestiduras.

 

 

 

Yamel Murillo

Anatema©