Susi de León Campo

Querido diario,

Aquí estoy comenzando de nuevo

Puede que sea uno lento

Duele el orgullo intentar pintar algo y que todo falle.

No importa con cuántas ganas lo hice. Sin técnica no hay paraíso

Mi padre sigue trabajando en el viñedo. Lo extraño. Él no tiene ni idea de mi cambio de carrera

Solo pienso en regresar a esas largas praderas y correr junto al viento. Pero me he jurado no regresar hasta que logre hacerte orgulloso papá.

Con toda la esperanza del mundo comencé un lienzo, uno grande, pero al dibujar lo que quería, fallé.

Se sintió como caer de un edificio sin paracaídas.

Caí sin llegar al piso. Una caída infinita como un torbellino cargándome y colocándome lentamente en el pavimento.

Acostada en el piso, viendo hacia el cielo, tratando de encontrar las fuerzas para volverme a parar.

Parpadeo lento, puedo oler eucalipto y ver un cielo celeste y nubes blancas pasar.
¡Qué atrevido el mundo que sigue dando vueltas mientras yo ni me puedo parar! 

Sé que tengo que volver a empezar.

Soy un nómada de profesiones. Cambiando de una a otra. A veces siento que vuelo, pero sin alas. Algún día lo voy a lograr y te prometo papá que volveré triunfante.